Enfermedades crónicas y enfermedades graves.

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La lacra de las sociedades “desarrolladas” son las enfermedades crónicas y el cáncer.

El animal también puede sufrir un proceso grave y morir (selección natural). Generalmente por algún programa que no ha podido superar o porque cuando lo hizo ya era tarde, teniendo en la fase pcl mucha vagotonía y alteración funcional incompatible con la vida.

El ser humano, además suele tener enfermedades crónicas, o tener enfermedades que no siendo tan graves como creemos al final se complican muchísimo. Y ahora lo podemos mejorar con la NMG.

Los casos crónicos son por situaciones que en cierto aspecto se salen de lo natural, se salen de la forma como viven los animales, y ello es porque nosotros tenemos mente “superior”, además de porque no se conocen las leyes biológicas. Nuestra evolución social ha dado lugar a que tengamos reacciones y comportamientos diferentes a lo que un animal haría para evitar situaciones conflictivas. Mientras que ellos las superan o las evitan, nosotros las soportamos toda la vida. También, muchas medicaciones impiden las reparaciones, además de que solapan síntomas evitando su sentido biológico: por lo que no “sentimos” la necesidad de tener que cambiar situaciones. Y también, hacemos más veces recaídas en los mismos problemas y repetimos railes constantemente.

Los programas aparecieron para situaciones en la vida animal y siguen funcionando, pues determinan que sea posible nuestra fisiología, por ejemplo, si hay hambruna se activan hígado, otros digestivos, o programas que cambian el metabolismo, etc.; o si hay estrés, la suprarrenal; o si nos asfixiamos los alveolos pulmonares etc., etc. Pero ahora se nos activan también por situaciones que no son para los que fueron creados. Siempre pongo el ejemplo el quedar en paro que entonces la biología “se cree” que hay carencia y hambre y activa el programa que tiene para ello, pero que no es “para cuando nos quedamos en paro”. Ello es porque la biología también responde a la biología mental (porque creemos que nos morimos de hambre), pues la mente superior también es biología.

La cosa se complica con los conflictos en las relaciones. En la naturaleza hay predadores y presas, y en las manadas hay jefes alfa y animales beta. Aunque ya no funcionemos como tal a nivel social, sin embargo, nuestros programas relacionales se activan problemas que había en la manada, o con otros competidores, o con “depredadores”. Y hay personas con “instinto” depredador u otras de presa, hay quien actúa por instinto de ser alfa o a otros no se les respeta si no están en ese rol.

Aunque el término no es exacto, denomino situaciones “abiológicas” a cuando nuestras reacciones, por motivos sociales y mentales, hacen que los programas se activen sin la necesidad para los que fueron creados por la naturaleza animal, o hacen que sean más graves físicamente porque no se solucionan, o porque surgen otros. Por ejemplo, hacer nódulos pulmonares por un DHS de diagnóstico de cáncer, o cronificar más un dolor óseo por un nuevo conflicto de autodevaluación por no poder trabajar, cuando un animal lo resolvería en menos tiempo descansando.

Mientras que a un animal se le activa el programa de mucosa gástrica endodérmica cuando se ha tragado un bocado que no puede digerir por ser demasiado grande, cuyo sentido biológico es aumentar la producción de jugo gástrico para digerir más. Sin embargo, a nosotros se nos activa, por ejemplo, porque nos damos cuenta que el comportamiento de cierta persona no podemos aceptarlo, y por eso hay expresiones como “esto yo no me lo puedo tragar”. En este caso el sentido biológico inicial o fisiológico ya no es útil, pero el programa se activa igual en una pelea o situación inesperada que produce un DHS. El animal consigue digerir el bocado y ello es la solución biológica, pero el ser humano no soluciona su problema, también por motivos sociales, se cronifica y es diagnosticado de un tumor. Para complicarlo más aun, después aparecerán otros conflictos que no tienen los animales: susto diagnóstico, por problemas laborales o de subsistencia, etc. Son los segundos conflictos propios de los humanos.

En las medicinas tradicionales no existe el concepto de enfermedad incurable, sino que hay enfermedades fáciles de curar y difíciles de curar. Pero nosotros estamos en un paradigma equivocado y, cada vez que hacemos una complicación o un simple síntoma de curación, por miedo, volvemos a caer en estas creencias y en el pánico. Si no se cambia de paradigma, tanto a nivel individual como cultural se hace muy difícil la curación de lo que se entiende actualmente por “cáncer”. Por estas razones el cáncer tiene mayor incidencia, prevalencia y peor pronóstico en el “homo sapiens” que en los mamíferos.

Ello no niega que, en el humano, se pueda resolver o paliar ciertas complicaciones con la medicina hospitalaria, ésta sigue siendo necesaria (medicina de urgencia, cirugía, medicina paliativa). Pero también para situaciones en que, si acontecen, no se aplica porque el sistema se lo niega por creer que lo suyo ya es “incurable”.

Hamer no dice que “actualmente” con las 5LB se curen el 98% de las enfermedades, lo cual no pasa por las razones antes expuestas. Lo que dijo fue:

«Solamente si el paciente es tratado* por médicos que conocen los contenidos de la Nueva Medicina y saben aplicarlos, y si además puede curarse en un hospital parecido a un sanatorio, sin pánico, donde es consciente de que allí se conoce sus programas biológicos** y están en condiciones de valorarlos correctamente y llevar a cabo tratamientos adecuados, sólo entonces está fuera del círculo vicioso. Sobrevivirá más del 95% de los pacientes, mientras que en el círculo vicioso se salva como máximo el 1 o 2%.»

*  He cambiado curado por tratado, porque el médico no cura solo trata, y se cura el paciente “si puede, si quiere y si le dejan”.
** He cambiado enfermedad por programas biológicos

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