Cuarta Ley Biológica de la Naturaleza. El sistema ontogénico de los microbios.
El 90% de nuestras células son bacterias, que viven en simbiosis con las células somáticas formando un ecosistema. Tenemos un microbioma con más de 10.000 especies, y con 10 microorganismos simbiontes por cada célula somática.
La subdivisión de los microbios en hongos y micobacterias, bacterias y virus se correlaciona con la hoja embrionaria del ámbito orgánico (tipo de tejido) en el que “elaboran”. Hamer descubre que están especializados respecto a los tejidos en los que intervienen y respecto al modo en que actúan. Y que esta especialización se correlaciona con la hoja blastodérmica de procedencia. La subdivisión de los microbios en hongos, micobacterias, bacterias y virus, se correspondería a su edad ontogenética y filogenética.
La Cuarta Ley apoya que los microorganismos son aliados indispensables para nuestra supervivencia, y que no existen en la Naturaleza los microbios entendidos como “patógenos” sino que, en dependencia de si un programa biológico está activo o no en el animal (o planta), los microorganismos tendrán una u otra “actividad” microbiana. Se multiplican y/o actúan cuando son necesarios y donde son útiles, y su propósito biológico es tener en buen estado los tejidos.
Hamer descubre que el control de los microbios se produce a través del cerebro. Las micobacterias se reproducen en fase-ca y las otras bacterias en la pcl, pero todas actúan solo en la fase de restitución o reparación pcl. Hongos y micobacterias (como las tuberculosas o micobacterium tbc) son limpiadores y producen caseificación en tejidos de endodermo y mesodermo antiguo en pcl, siendo inactivos en otros. Las bacterias son “operarios” que reconstruyen pérdidas de sustancia de tejidos derivados de mesodermo o de ectodermo. Y los virus intervendrían en los tejidos de ectodermo. Lo cierto es que lo que creíamos “enfermedad infecciosa” es la fase pcl de un programa (EBS).
En cuanto al papel de los virus, aunque los que se “identifican” se ven en programas de ectodermo, en otros programas de ectodermo no se identifican virus. Y, además, todavía no está claro su significado real. Los llamados “virus” podrían ser solo portadores y transmisores de información genética. Ver teoría de los exosomas.
El tratamiento antibiótico no es lo conveniente, ya que evita la reparación biológica. Pero en casos que se salen de la biología, ya sea por complicaciones de los programas o por alteraciones del terreno del individuo puede ser necesario para salvar la vida. A saber, los que tuvieron una gran masa de conflicto en su fase-ca o los que tienen demasiadas recaídas podrían necesitarlos, también en personas con mal estado general (sistema de reciclaje celular alterado), procesos por toxinas de microorganismos o por microbios adquiridos de un ambiente extraño (ejemplo viajes), o por un medio artificial, que serían microbios con los que todavía no hay tolerancia o no pudiera darse dicha tolerancia porque fueran producidos por manipulación genética.
NOTA: En cuanto a que los microorganismos estén “siempre” latentes en normotonía creemos que debería ser revisado con la teoría del pleomorfismo y con los descubrimientos de A. Béchamp, G. Enderlein, W. Reich y G. Naessens entre otros.
Descubrimientos como estos, o que los postulados de Koch -que nacieron para confirmar la teoría microbiana de la enfermedad- casi nunca se cumplen en su totalidad, o el de la teoría de los exosomas explican o apoyan la gran necesidad de revisión del dogma de la “teoría” de la infección y del contagio, y sirven de documentación para la Cuarta Ley Biológica de la Naturaleza, El Sistema Ontogénico de los microbios.