Ectodermo. Nuestros conflictos y los de los animales
Para entender que compartimos los programas con los animales es muy didáctico observar los conflictos de los programas de ectodermo. Ya hemos dicho que se dan por conflictos en las relaciones con otros individuos, ya sean de otras especies (ej.: víctima y predador) o de la misma (de fuera o de dentro de la manada). Nos limitaremos a nombrarlos según la clasificación por zonas cerebrales para ver que estos conflictos son los que tienen los animales.
1- Corteza Sensorial Pre-Motora (lóbulo frontal).
Son los miedos o sustos frontales. Hay tres tipos de miedos o sustos frontales y dos maneras, según sean en individuo masculino o femenino hormonal y territorialmente:
– Miedo frontal y susto frontal/impotencia: porque aparece el depredador, en nosotros también porque un individuo o cosa peligrosa o su efecto “apareció de repente”, por ejemplo, un coche que me atropella o casi, o un jefe que te da la carta de despido. Afectan al epitelio de los derivados branquiales.
– Conflicto de oposición: miedo a poner resistencia y miedo con repulsión o repugnancia. En la naturaleza seguramente con otro animal que emplea la fuerza o también por situaciones no deseadas, en nosotros con personas o situaciones. Afectan a los centros reguladores de la glucemia.
– El otro miedo frontal afecta a la corteza motora de laringe y bronquios. Es el conflicto motor de amenaza territorial (se pondría furioso sin poder “rugir”) o de susto. (asustado sin poder gritar). Afecta a la musculatura bronquial o laríngea.
2- Corteza Motora (lóbulo frontal).
Se llama conflicto motor a aquel que se da cuando el movimiento está impedido, interrumpido o bloqueado, porque la situación no te deja, por ejemplo, estar atado, o estar atrapado por el depredador, o aprisionado entre unas zarzas, etc. Son situaciones de no poder escapar. El humano también los hace por sentirse (simbólicamente) “atado por la situación” con los otros o con el entorno, o por sentirse “entre la espada y la pared”.
Conflictos motores se pueden dar en cualquier músculo. Hay dos de ellos que podríamos decir que casi son solo de los humanos.
– Lengua: movimiento impedido de la lengua. En el animal seguramente solo por algo que se atora en la boca, pero en nosotros por estar impedidos de decir o no querer haber dicho algo, “debería haberme mordido la lengua”.
– Músculos faciales: movimiento facial impedido, estar obligado a forzar la expresión facial, no podemos poner buena o mala cara por estar impedidos por la situación. Igual en homínidos u otros mamíferos también se da, en nosotros por tener que dar la cara en una situación embarazosa. En la fase-pcl-a es la parálisis facial.
3- Corteza Sensorial.
La epidermis tiene sensibilidad fina (epicrítica) para el contacto “físico” entre individuos, así en la epidermis y en su sensibilidad (son dos programas) se somatizan los conflictos de “pérdida repentina o inesperada del contacto físico con un ser de la manada” comúnmente llamados conflictos de separación.
Se da en cualquier zona de epidermis según matices de conflictos, pero hay algunos más específicos.
– Por separación visual (dejar de ver a ser querido o no querer verlo). Epidermis de párpados y conjuntiva.
– Separación visual fuerte. Cornea. Y separación visual fortísimo. Cristalino. Por ser derivados evolutivos de la antigua epidermis.
– Conductos galactóforos de mama: separación de la cría o de la pareja, “arrancado de mi seno”. Por asociación también por separación de la madre en el lado hijo.
– Melanóforos de la capa basal de la epidermis. Separación brutal “por injusta o repugnante” de un ser amado (de la manada). En fase-ca provoca vitíligo.
– Separación somatizada en la cara y/o sensibilidad de la cara: en los animales solo si del animal que le tocaba la cara, pero en nosotros generalmente por tener que “dar la cara” en algo muy embarazoso. Con neuralgia del trigémino en fase-pcl.
Como el inconsciente no entiende de “sí o no” cualquiera de los conflictos de separación pueden ser en relación a una separación, o en relación a “quererse separar y no poder”. Incluidos los siguientes:
4- Corteza Post-Sensorial.
Conflicto de separación brutal “por ser dolorosa para el individuo”. Y también conflictos por dolor intenso. Afecta la sensibilidad del periostio. Clínicamente produce los antiguamente llamados reumatismos.
5- Corteza Visual (lóbulo occipital) que recibe los impulsos de la vista.
Retina y cuerpos vítreos. Conflictos por DHS ante peligros que no podemos ver o que tenemos que huir de ellos, Hamer dice “que amenazan desde atrás” y los llamó “miedos en la nuca”. Son de dos tipos. Miedo en la nuca por circunstancia (temo que pase algo malo). Afecta a retina con pérdida visual. O miedo en la nuca “por depredador que acecha” (persona o animal). Afecta el cuerpo vítreo. En los animales por el depredador que persigue el primero o por sensación de peligro el segundo, en los humanos también por situaciones en las que nos sentimos perseguidos o acechados.
6- Corteza Territorial.
Los programas territoriales se activan en la vida en grupo, pues modulan el rol (alfa o beta) de los individuos dentro de este. Ciertos conflictos territoriales, no obstante, también se pueden activar con individuos de fuera del grupo o de otra especie. La utilidad de estos conflictos y programas es mantener el rango de los individuos alfa, macho y hembra, frente a los demás individuos beta. En los animales el territorio es la manada, y el territorio físico donde se caza. En el ser humano la manada es la familia, pero por asociación también es la social, por ejemplo, el trabajo, donde el alfa es el jefe, o la sociedad donde el alfa es el gobierno, o el poderoso, etc. Pero también es territorial mi dinero, mis ganancias, mi profesión u otras cosas según la característica de la persona.